Promocionando la lactancia materna con los refugiados en Grecia

Encuentros en movimiento – un reportaje de una monitora de La Liga de la Leche de Grecia
Autora: Kalli Malamatou, Monitora de La Liga de La Leche, Grecia Revista elacta. 1 • 2016 volumen 29
Los refugiados han llegado muy cerca de mi casa. Dos veces a la semana, un bote de las islas de Samos y Lesbos trae entre 1000-1800 refugiados a la ciudad de Kavala. Ellos permanecen durante 4-5 horas hasta que cogen un autobús a Idomeni , una frontera al norte de Grecia. Cuando me enteré de que entre ellos hay cientos de bebés y niños mayorcitos, así como mujeres embarazadas, envié un mensaje a un grupo de voluntarios de Kavala y les informé de que era monitora de La Liga de la Leche , deseando ayudar y que podría ofrecer información y apoyo a mujeres embarazadas y lactantes. Aceptaron mi propuesta y me dijeron que cualquier ayuda era bienvenida. Con ayuda de otras monitoras de La Liga de la Leche, preparamos folletos en árabe e inglés para repartirlos. La primera vez que fui estaba muy nerviosa. No sabía que esperar. Me preguntaba una y otra vez “¿Seré capaz de ayudar a una sola madre?” “¿Seré capaz de informar aunque solo sea a una mujer embarazada?” ¿Cómo me las arreglaré para comunicarme? “¿Hablará alguien inglés?””¿Encontraré un intérprete? Yo no tendré mucho tiempo”. La primera vez que fui allí estaba agobiada. Mis pensamientos y las imágenes que vi , de tanta gente , tantos bebés y niños abrazados por sus padres, me hizo incapaz de enfrentarme a la tarea que deseaba realizar. Inmediatamente entendí que las necesidades básicas de comida, ropa y zapatos eran tan urgente que era mejor que trabajara en el puesto de distribución de estos bienes que habían sido recopilados con anterioridad. Estaba segura que estar en el puesto de distribución para los niños me permitiría contactar con el mayor numero posible de madres. Desde entonces , cada vez que visito a los refugiados en Kavala , ( lo que sucede casi cada vez que llega un bote nuevo), junto con la distribución, me acerco a las madres de los bebés y los niños mayorcitos preguntándoles en inglés o con gestos si amamantaban y si necesitaban ayuda. Aquellas que saben inglés me dicen “no” o “si», pero no necesito ninguna ayuda, todo está bien” y lo mismo las que no saben inglés. Sin embargo, yo les ofrezco los folletos y los aceptan con ganas. Lo que he entendido es que aunque la lactancia materna es común en su cultura, titubean al hablar de ella. Vacilan a la hora de usar las palabras “pecho” o “lactancia materna” especialmente delante de un hombre. Cuando me di cuenta de esto , pensé que para ayudarme sería mas efectivo encontrar mujeres dentro de su propia cultura . Así que empecé a dar los folletos en ingles a todas las mujeres jóvenes que podían leerlos. Les explicaba la importancia de la lactancia materna en emergencias y cuando las familias están en transito , y les pedía que leyeran los textos cuidadosamente y pasaran esta información a todas las mujeres embarazadas o lactantes que conocieran. Les pedía que informaran estas mujeres que LLLI , UNICEF y otras organizaciones declaran que la lactancia materna no es solo lo mejor sino que es una necesidad crucial en estas circunstancias. Todas ellas lo escuchaban atentamente y me aseguraron que estaban dispuestas a ayudar e informar a tantas madres como sea posible. Las familias tienen muchos miembros, los padres actúan de una manera muy protectora hacia sus mujeres y pasan mucho tiempo con sus niños. Durante su estancia en Kavala los padres abrazan a sus niños , juegan con ellos y les besan. Estos días han cambiado mi vida, Cuando los refugiados nos dicen miles de veces “gracias” y “ tu nos das mucho”, nosotros respondemos – y lo decimos en serio- que nos devuelven aún más: lecciones sobre la vida, el comportamiento, la dignidad, lecciones sobre el amor y el apego, lecciones sobre el coraje, la fuerza y la esperanza. Mi mente esta llena de imágenes que me acompañarán durante toda mi vida. Imágenes de sus sonrisas, su amabilidad, su serenidad y su agradecimiento. Cuando llega el momento de despedirse, les digo buena suerte en inglés mientras susurro las mismas palabras en griego ( “kali tychi”) sintiendo que mi deseo va a durar más. Les deseo paz, que tengan paz en su país , que sean capaces de volver a sus casas, de reencontrarse con quienes dejaron atrás, de dormir otra vez en sus propias camas. Deseo para sus niños que sean capaces de jugar otra vez con los juguetes que dejaron en sus propias camas. También deseo que una de las promesas que un padre sirio nos hizo, se haga realidad. “Cuando volvamos a casa, bailaremos y nuestro primer baile estará dedicado a la gente griega”.Autora: Kalli Malamatou, Monitora de La Liga de La Leche, Grecia Revista elacta. 1 • 2016 volumen 29.
La Liga de La Leche de Euskadi agradece a la revista Elacta (www.elacta.eu) el pemiso para la traducción y utilización de este artículo. Traducción: Adelina García. Revisión: Amaia Sarriegui